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jueves | 3 octubre | 2024
Este martes se conmemoró el Día Mundial del Café y con tal motivo hemos realizado una encuesta en las últimas horas entre nuestros lectores para conocer cuál es su rincón favorito para disfrutar de este placentero hábito en la urbe naval.
Y es que el café constituye para muchos el motor de su día a día, lo que les permite iniciar la jornada. Cuántas veces se escucha a más de uno referirse al hecho de que “sin un buen cafelito no arranco, no soy persona”. Y es que ya sea por la cafeína o simplemente por su sabor adictivo y esa necesidad instalada en las rutinas, sin un café uno se siente incompleto.
Explicaba la responsable de la cafetería Dover, preferida por muchos de nuestros lectores, que la variedad de cafés que pueden llegar a pedir es “infinita”. Los piden de “cientos de formas, siempre hay alguien que llega y te sorprende con alguna petición”, indica la responsable de este negocio de la calle Dolores.
Según los comentarios que nos han hecho llegar nuestros lectores a través de nuestras redes sociales, muchos tienen dificultades para decantarse por un solo local y recomiendan hasta cuatro o cinco referencias. Eso sí, el café que más gusta es el que preparan en Bonilla, desde donde nos indican que pueden llegar a servir del orden de 15.000 tazas al mes, le sigue de cerca el que elaboran en la cafetería Derby y el tercer puesto, algo más alejado en número de votos, sitúan el café de Lusitania.
No obstante, los lectores citan también muchos otros establecimientos en los que se elabora el más rico de la ciudad como puede ser el Dover, Platea, La Première, Avenida, Moncloa, Quinze, Valencia, el Cafeto o el Avanti, entre otros. Y citan también otros locales con cafés excelentes situados en otros puntos de la comarca como Narón o Fene.
Con leche desnatada, sin lactosa, leche vegetal, con un toque de agua, con leche muy caliente, tibia o fría, con gotas de leche, manchadito, manchado, "mexado", con mucha leche, descafeinado, muy cargado, flojito, mitad y mitad, blanco, negro... Existen mil y una forma de prepararlo y otras tantas de pedirlo pero también de servirlo, pudiendo presentarlo de infinitas maneras, con cortesía o sin ella. “A mí el churrito que no me falte”, indica uno de esos asiduos a Bonilla.
Dicho todo lo anterior, queda claro que en cuestiones de cafés no hay nada escrito, se toman de infinitas formas y cada quien tiene su rincón o rincones favoritos, ya sea por el acompañamiento que sirven, que si un zumo, una galleta, un churro...; por la ubicación de la cafetería; el trato del personal; las instalaciones, la marca de café que utilizan y hasta las tazas o vasos en los que se sirven. Todo es motivo para inclinar la balanza en favor de un negocio u otro y llegar a servir del orden de los 15.000 cafés al mes como ocurre con la mítica cafetería situada en el Callao.
Esta efeméride pretende rendir un homenaje a toda la cadena industrial, los distintos sectores que hacen posible que cada día se puedan degustar del orden de los 1.400 millones en todo el mundo, a iniciativa de la Organización Internacional del Café. Y es que no es para menos pues estamos ante una de las bebidas que más se consumen en todo el mundo y que está comprobado que es beneficiosa, con moderación, para nuestra salud pues es fuente muy potente de antioxidantes.
