La rehabilitación de los inmuebles 23-25 de la plaza de España, en Recimil, llega a su fin tras haber acumulado prórrogas provocadas por el estado en el que se encontraban algunos elementos, como los balcones, que obligaron a una modificación del proyecto original para realizar obras de refuerzo. Comenzó en octubre de 2022 y, lo que iba a ser una actuación de seis meses (con un presupuesto de 1,3 millones de euros, en un 80% financiados con fondos europeos a través de la Edusi “Ría de Ferrol”) se ha prolongado más de un año con hasta cinco prórrogas autorizadas, tres meses de paralización y otros retrasos que el gobierno local considera injustificados.

En la actualidad se han retirado todos los andamios y se dan los últimos retoques en pintados externos y en interiores, donde hubo que ampliar los huecos de las ventanas. A las mejoras en la habitabilidad se une el nuevo aspecto de los bajos comerciales, los primeros que se rehabilitan en Recimil. Se recupera su aspecto original y se uniformizan elementos como persianas, escaparates y marquesinas, dando unidad a todo el bloque. Están en funcionamiento la cafetería –que nunca cerró– y la perfumería. Hay otros dos bajos en los que el regreso o no depende de los adjudicatarios de la concesión y dos más que ya estaban vacíos.

La rehabilitación ha supuesto un cambio exterior notable también en la parte de atrás, la que da a la plaza de Sevilla, con el cierre de balcones con cristaleras y con la reforma de los patios.

“Las rehabilitaciones son otro mundo porque una vez que empiezas no sabes con lo que te puedes encontrar”, explica la concejala de Urbanismo, Blanca García. “Allí lo que paso fue que nos encontramos con que el forjado, tanto de la planta baja como de los balcones, una vez que se picó se vio que las armaduras estaban totalmente corroídas y hubo que hacer mucho refuerzo estructural”.

Cambio de cubiertas, mejora de la envolvente térmica con aislamiento SATE o sustitución de puertas y ventanas han transformado uno de los edificios más visibles del barrio.