Unos de los compromisos del alcalde, José Manuel Rey, para su primera parte del mandato era el de eliminar los radares que calificaba de “recaudatorios”, el de A Malata estaba en el punto de mira y en su supresión se pusieron todos los esfuerzos. Una vez en el gobierno, el regidor consideró que el cambio de ubicación sería la solución y la medida se quedaba ya en un desplazamiento de tan solo unos metros.
La tarea se hizo complicada de lo que a simple vista podía parecer un traslado, ya que el vial en el que se encuentra localizado el radar no es de titularidad municipal y hasta hace pocos días no se ha conseguido el permiso necesario para la actuación.
Esta misma semana el alcalde confirmó que el cambio se hará efectivo en los próximos días y que el límite de velocidad será el mismo, ya que lo único que se busca es “garantir a seguridade vial e baixar a recaudación”.
Así las cosas, el nuevo punto de control entrará en funcionamiento en la zona de la curva, que está considerada la de mayor riesgo de siniestros y dejará también, como consecuencia, de sancionar dos vías con distinta velocidad a la vez, enfocando su acción en un único punto. Se han seguido los informes técnicos y de seguridad, colocándolo en el punto kilométrico 0,800.