Las obras de la calle de la Iglesia llegan a su fin cumpliendo con el objetivo de que quedase abierta al tráfico coincidiendo con la Semana Santa. Los trabajadores ultimaban en la mañana de este viernes el lijado y el lavado del firme mientras revisaban los últimos detalles de una manzana, la más próxima al Callao, que era la única que estaba cerrada. En los últimos días se colocaron aceras, farolas y árboles y por fin hacia el final del día se permitió el tránsito rodado, desbloqueando una de las principales vías de salida del barrio de A Magdalena.
También estuvo de estreno la plaza del Mercado –que oficialmente lleva el nombre Rancho da Praça-Rendilheiras de Vila do Conde–. La actuación estaba acabada pero faltaba concluir el ascensor que une el aparcamiento con la parte más alta de la calle de la Iglesia. El Concello recepcionó al mediodía la obra y el ascensor quedó en funcionamiento.
Se pone fin así a varios meses de trabajos que han cambiado la fisionomía de una de las principales vías del centro de Ferrol. A principios de junio de 2022 se cortaba al tráfico en la zona de la confluencia con San Diego, la más próxima a los jardines de Herrera, y desde ahí se fue avanzando, simultaneando en ocasiones varias manzanas a la vez. Las molestias propias de este tipo de obras y los retrasos se fueron aplacando en el momento en el que se empezaron a reabrir las manzanas ya concluidas y la calle comenzó a mostrar su cara final. Más espacio peatonal, mayor holgura, arbolado, nueva iluminación y menos coches configuran la nueva calle de paseo del barrio de A Magdalena. La inversión, íntegramente asumida por las arcas municipales, ha sido de 4,5 millones de euros.
Unida a esta transformación está la creación de una plaza en el espacio que ocupaba la nave provisional del Mercado. Su derribo tras más de una década de espera dejó un espacio libre que se ha cubierto con losas de granito, un parque infantil, bancos y puntos de luz y que ha implicado también el pintado de los locales de ensayo. En este caso la inversión ha sido de cerca de 900.000 euros.
Todavía este espacio tendrá algún cambio, con los arreglos en la Pescadería de Ucha, que implicarán un cambio de color respecto al actual, pasando al crema. Se ha elegido esta tonalidad por ser más acorde con los tonos que empleaba el arquitecto en otras edificaciones de la época.
La concejala de Urbanismo pasaba revista en la mañana de ayer a las obras de la plaza del Mercado –que se recepcionaban al mediodía– y a las de la calle de la Iglesia –que estaban puliendo y lavando antes de abrirla al tráfico–.
¿Qué valoración hace de las obras de la calle de la Iglesia, ahora que concluyen?
Lo primero es satisfacción y lo segundo, pedir disculpas a todos los afectados por las obras, tanto comerciantes, como vecinos, como ciudadanos por todos estos meses de molestias. Ahora toca un momento de disfrute, de inauguración y de que se llenen de gente tanto la calle de la Iglesia como la plaza del Mercado.
¿Está rematada?
Hay detallitos que se van a ir puliendo a lo largo de los días pero el grueso de la obra está terminada; está para abrir, no se va a volver a cerrar ningún tramo. Si hay un trocito de piedra rota o alguna esquinita de hormigón con una grieta pues se arreglará. La idea es que todos esos pequeños detalles en los que los técnicos nos fijamos queden perfectos.
¿Qué supone para la calle?
Yo creo que es una transformación urbanística total. Antes era una calle muy estrecha y ahora parece que es una calle alegre, una zona agradable para pasear y en la que muchos bajos que ahora vemos vacíos apuesto a que en unos meses se transformarán en negocios, en gente que quiere apostar por esta manzana del centro de Ferrol.
Un cambio de imagen al que contribuye la plaza del Mercado.
Pues sí, porque antes en el mercado ibas a comprar y ya te ibas y ahora el niño se queda jugando en el parque, te puedes tomar una caña al sol y al final haces la compra pero también haces vida ahí.
¿Se plantea introducir zonas de sombra?
El problema de esta plaza es que al tener un aparcamiento debajo no se pueden plantar árboles. Las cafeterías nos están pidiendo instalar unos toldos y, a futuro, los únicos elementos que se podrán poner será algún tipo de pérgola. Nosotros no estamos en contra del arbolado, todo lo contrario, queremos las calles llenas de flores y de árboles. El problema es que hay determinados lugares o plazas en los que no es posible plantar árboles.
El parque infantil se queda así, sin cierre.
Abierto, como en muchas ciudades de España. Yo creo que los niños tienen que disfrutar y aprender y poder ser libres en todo el espacio. Nosotros cumplimos con la normativa y esto no quiere decir que seamos unos irresponsables. La normativa tiene unas exigencias que son muy duras, que están creadas por unos técnicos expertos en la materia. Y una vez que crezcan los arbustos que se plantaron en el terraplén en el contorno de la calle Irmandiños servirán de barrera. Pero es más una barrera visual.
Quedan en marcha todavía grandes obras que cambiarán la entrada a la ciudad, como As Pías o las del Puerto.
Totalmente. De cara al verano la idea del Puerto es tenerlo lo más terminado posible. También estamos con la obra de remodelación del local social de Serantes, acabando el bloque de viviendas de la plaza de España y vamos a empezar con el pintado de la Pescadería, con el parque de Personaxes Populares y, cuanto antes, con la quinta fase de accesibilidad de pasos de peatones.