Reportaje | La historia del médico ferrolano que logró erradicar la viruela en el Congo

Reportaje | La historia del médico ferrolano que logró erradicar la viruela en el Congo
El doctor Fernández Cartagena con sus dos hijos mayores durante su estancia en el Congo

“Mi padre siempre fue un hombre muy discreto, tal vez por eso se conoció poco sobre su vida y su trabajo tan fundamental para erradicar la viruela en África”. Así habla de su progenitor, el médico ferrolano de la Organización Mundial de la Salud, Pablo Fernández Cartagena, su hija pequeña, Salomé Fernández Castro


Sostiene Salomé que justo ahora, tras haber perdido a sus dos padres, “hemos sido conscientes de que su vida no ha sido una vida cualquiera y que tal vez merezca la pena ser contada. En ocasiones hablamos con naturalidad de hechos que para la gente resultan ser del todo sorprendentes”, explica. Por esta razón, añade, ha decidido regalar un pedacito de esa historia familiar a los lectores de Diario de Ferrol, y lo hace justo unos días antes de que se presente en la urbe naval la increíble historia de este médico, en la que se basa la nueva novela del  periodista Jacinto Ruíz Valentín (Madrid, 1947) y que ha titulado “Cicatrices en la selva”. La cita tendrá lugar el  7 de marzo, en el Casino Ferrolano, de mano del artista Siro López y del propio autor. 


Aunque el libro se basa en la historia de su familia, los personajes adoptan otro nombre en la ficción y algunas historias se han rodeado de cierto halo novelesco. Pero asegura Salomé Fernández que, cuando Jacinto Ruíz le pasó el borrador para leer la novela “pasé por numerosos estados, alegría, pena, llanto, emoción, pero sobre todo recuerdos, reviviendo momentos increíbles y también duros”, explica.


La historia de sus padres, no obstante, se forja aquí, en Ferrol, donde nacieron Pablo Fernández Cartagena y María José Castro Rey. Tras acabar sus estudios de medicina en Madrid, Pablo hijo trabajó por un tiempo con su padre, Pablo Fernández Tafal. “Tenían una clínica en la calle Dolores y los conocían como Pablo y Pablito”, recuerda su hija. “Tras licenciarse conoce a mi madre y se casan. Poco después una pariente de Suiza le dijo un día que si quería trabajar para la OMS, ya que ella podría ayudarlo, y ahí cambió todo”, recuerda Salomé Fernández.


Mi madre logró destruir las primeras cartas que iban llegando a casa en las que lo llamaban para formar parte de la Organización Mundial de la Salud, en el Congo. Por aquel entonces ya habían nacido mis dos hermanos mayores y mi madre no quería que mi padre se fuera a África en aquellos tiempos –en pleno proceso de descolonización, con una enorme inestabilidad política y social en el país–”, recuerda Salomé. Finalmente una de esas cartas la interceptó el doctor Fernández Cartagena y ni por un minuto dudó que aquel era su destino y se marchó a África, donde pasó toda su vida profesional.


“Estuvieron un tiempo separados, mi madre aquí en Ferrol y él en África, pero no podían vivir lejos el uno del otro y mi madre no dudó en presentarse allí, con sus hijos.. iban juntos a todas partes, ella le ayudaba en todo lo que podía, convirtiéndose en una enfermera. Allí se quedó embarazada y perdió a varios hijos. Después nací yo y fuimos tremendamente felices, pese a que muchas veces vivimos grandes peligros, hasta el secuestro de mi padre por varios meses... si algo no era apto para nuestros ojos de niños nos pedían que los cerráramos, que nos agacháramos...”. No obstante, asegura Salomé que “nunca nos ocultaron la realidad que nos rodeaba, no vivíamos en un gueto, formábamos parte de la selva, éramos uno más en aquel país por el que mi padre lo dió todo... él dedicó su vida a África y a la medicina, tal vez su amor por aquella tierra y sus gentes fueron los que, de algún modo, lo alejaron de mi madre, el gran amor de su vida, años después”. 


Recuerda Salomé que era casi una adolescente “cuando dejamos África, después de haber vivido en prácticamente todo el país, allí donde hacían falta médicos, y nos instalamos en Madrid”. Pese a vivir en la capital dice sentirse “mitad africana y mitad ferrolana”.


Su padre falleció el pasado mes de diciembre y su madre algo antes. Siguieron llevándose muy bien tras su separación, explica, reuniéndose cada verano en Ferrol con sus hijos.


Abuelo presidente del Racing

 

Salomé también recuerda que su padre era un “forofo del Racing" https://racingclubferrol.net, siempre fue un gran seguidor del equipo. "Eso se lo inculcó mi abuelo, su padre, que llegó a ser presidente del equipo". En los últimos tiempos el club de sus amores le dio "grandes alegrías”, explica Salomé Fernández.


En definitiva, la historia de Pablo Fernández Cartagena es inmensa, pero no lo es menos la de su esposa María José Castro, hija de Antonio Castro –constructor que se hizo cargo de numerosas obras del arquitecto Rodolfo Ucha–, que se enfrentó por amor y con valentía a cientos de peligros en la selva del Congo. 

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