El negocio de las mascotas se ha convertido en las últimas décadas en una de las áreas económicas de mayor crecimiento en el mundo. Solo en España, este sector genera una media anual de hasta 3.000 millones de euros; una cifra descomunal que, sin embargo, palidece frente a los casi 90.000 de Estados Unidos, 36.000 de Europa o los 30.000 de China.
Teniendo en cuenta estos datos, sumados a hechos como, por ejemplo, que en Ferrol ya hay más del doble de perros que de niños menores de 14 años – 12.806 y 6.367, respectivamente–, no es de extrañar que este sector sea a día de hoy una apuesta casi sobre seguro para todos los emprendedores. En este contexto, dos jóvenes Ferrolanos, Laura Jiménez y Daniel Redondo, decidieron lanzarse a la piscina y tratar de implantar un modelo de negocio que, si bien ya existía, con matices, en Ferrol, cuenta con un planteamiento único.
Se trata de Wash a Dog, un autolavado para perros –u otras mascotas– que busca ofrecer una alternativa más cómoda a la higiene canina en casa. “Teníamos ganas de emprender algo. La ciudad está un poquito de capa caída, así que la idea era esa, crear un negocio y aportar a Ferrol”, señala Redondo, incidiendo en que la idea inicial partió de su compañera. En este sentido, Jiménez explica que este era un servicio que ya había visto en ciudades como Vigo y A Coruña y que, si bien algunas peluquerías para mascotas de la ciudad naval tenían una opción similar, no existía ningún local que fuese exclusivamente un autolavado.
La propuesta, como señalan sus responsables, está teniendo una buena acogida aun a pesar del poco tiempo que el negocio lleva abierto y de que el tiempo no ha acompañado. Y es que, pese a tratarse de un local reducido, su ubicación –calle Cataluña 13– no podría ser mejor, a escasos metros de una clínica y una farmacia veterinaria y a tiro de piedra de la céntrica plaza de España.
En cuanto a qué ofrece este servicio que sea único, sus responsables detallan que las instalaciones cuentan con una bañera “de una altura cómoda” para los usuarios a la que las mascotas pueden acceder por una rampa. “La bañera funciona parecido a un lavadero de coches. Tiene una manguera que se acciona con monedas y a partir de tres euros te van dando tiempo”, explica Jiménez. Esto, señala, resulta muy conveniente, al poder calcular el tiempo necesario de cada lavado en función del tamaño del animal sin tener que malgastar dinero.
“Puedes seleccionar solo agua, agua con champú, con acondicionador, antiparasitario... además de perfume y secador”, apunta la emprendedora. Del mismo modo, el servicio también provee de toallas para secar a las mascotas e incluso un premio por si se han portado bien.
Asimismo, uno de los activos que hacen único este local es que también cuenta con una lavadora y una secadora autoservicio de monedas. Este “extra”, aunque podría parecer menor, resulta especialmente interesante para quienes quieran limpiar, por ejemplo, las camas o mantas de sus compañeros peludos; algo generalmente engorroso en casa por los potenciales atascos en los electrodomésticos y que en las lavanderías con autoservicio está prohibido.
Respecto a las ayudas que han recibido, ambos empresarios señalaron que para poner en marcha su negocio no se beneficiaron de ninguna de las subvenciones en marcha por las diferentes administraciones. Donde sí hicieron hincapié fue en el apoyo que recibieron por parte de los emprendedores de la zona, incidiendo en el ambiente colaborativo y la buena voluntad de contar los unos con los otros.
Por último, respecto a sus planes de futuro y una potencial expansión por otros municipios de la comarca, ambos responsables se muestran cautos. “En principio, si se puede, sí que lo intentaremos, pero primero tenemos que ver qué le parece al público”, afirma Jiménez. En este sentido, Redondo explica que la oferta actual está muy centrada en las peluquerías, un negocio con el que no compiten. En su lugar, señala, ofrecen precios más asequibles, conveniencia y la tranquilidad que aporta a las mascotas bañarse con sus dueños.