Las riadas de Valencia ponen el foco en las zonas inundables de Ferrolterra

Aunque no es comparable, en Ferrolterra hay varios puntos que conviven de forma habitual con el temor a un desbordamiento
Las riadas de Valencia ponen el foco en las zonas inundables de Ferrolterra
Los vecinos de esta zona de Perlío están más que acostumbrados a las crecidas del río Cádavo a su paso por esta zona| Jorge Meis

No es esta zona del territorio lugar de afectación de fenómenos como el de la gota fría, más propios del Mediterráneo. La DANA (Depresión aislada en niveles altos), que provocó el desastre en numerosas localidades de Valencia el pasado 29 de octubre y que ha vuelto a afectar en las últimas horas a parte del territorio oriental y sur del país, suele ser el resultado de grandes concentraciones de humedad y la alta temperatura que alcanza el mar.


Pese a que no se puede comparar, en Galicia llueve mucho y por esa misma razón suelen producirse inundaciones –costeras, fluviales y pluviales– muy a menudo, pero de un calado que nada tiene que ver con lo acontecido en la Comunidad Valenciana. Indudablemente, el que más y el que menos piensa estos días si habría posibilidad de que un desastre parecido afecte a la comarca. 


En Ferrolterra hay zonas que suelen vivir con resignada costumbre el hecho de que sus propiedades se vean anegadas cuando los niveles de precipitaciones son cuantiosos y ello coincide con otras variables como pueden ser las pleamares más grandes. Un caldo de cultivo que pone en jaque a muchas personas, sobre todo cuando se trata de viviendas próximas a ríos que suelen dar sustos habitualmente como el Cádavo, en Fene y Perlío; el Belelle, en Neda y otras zonas del cauce, el Río Mera en Ortigueira, entre otros como puede ser A Frouxeira, en Valdoviño, muy pendiente en estas épocas de su laguna.


Las inundaciones más preocupantes, por lo mucho que condicionan a los vecinos, son las que se originan en Santa María de Neda donde el año pasado se registró una de las riadas más importante de los últimos tiempos, dejando a muchos nedenses sin vivienda. Aquí hace poco que se presentó el plan municipal, que va en la línea del que anunció Augas de Galicia a los afectados que pasa por eliminar las presas del Belelle y construir un dique para elevar el borde fluvial del canal. Pero mientras esas mejoras anunciadas no lleguen, el miedo sigue presente con cada nuevo frente de lluvias que acecha. Hace solo unas semanas, con el paso del temporal Kirk, el río volvía a salirse de su cauce en numerosos puntos y los vecinos volvieron a permanecer en vilo por unas horas. 

 

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Mapa del Inungal con concellos obligados a tener plan contra inundación (rojo) y los que son recomendados

También los residentes en varios puntos de Perlío, en Fene, viven con temor las crecidas del río Cádavo, que acostumbra a anegar las zonas más próximas a las viviendas sindicales y la pista del Circulo Mercantil así como el espacio situado en las viviendas de Astano, donde también se desborda el río cuando incrementa su caudal, con un par de inundaciones al año más o menos complicadas. Salvo el cierre de accesos y la entrada de agua en algunos bajos y ascensores  el problema no suele ir a más.


En Valdoviño cada año por estas fechas, antes de la ya habitual apertura del canal de desagüe del lago, los vecinos vuelven a revivir el temor de aquellas navidades de 2011 cuando el agua del lago se había metido en sus casas, literalmente. Después de eso muchos protagonizaron un sonado encierro de 16 días, para solicitar que se aplicaran medidas urgentes como la apertura de la laguna, que no era bien visto por los ecologistas, y evitar que un episodio como ese se repitiera. 

 

 

Las localidades orteganas próximas al río Mera también saben lo que es estar pendientes de la crecida del río. De hecho en varias ocasiones la Xunta de Galicia se ha visto e la necesidad de activar el Plan por riesgo elevado de inundaciones en esta zona del territorio comarcal. También el río Xuvia ha inundado diferentes tramos de su cauce en numerosas ocasiones, anegando zonas ajardinadas y parques en el espacio próximo al Muíño das Aceñas, entre otras.


Asimismo, en Serantes, el río de Os Corrais también trae de cabeza a los habitantes del lugar y por esa razón se ha incorporado esta zona al Plan de Xestión de Risco de Inundación (PXRI) de la Xunta de Galicia. Algo que se venía reclamando al organismo autonómico desde hace años, sobre todo desde la importante crecida del río en 2022 que anegó varias viviendas.

 

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Gráfico de precipitación máxima en una hora en un período de retorno de 25 años | XUNTA


Cabe destacar que Ferrol cuenta con su propio plan de seguridad específico de inundaciones, al que está  obligado, si bien se encuentra en fase de actualización junto con el PEMU, como confirman desde el Ayuntamiento que gestiona José Manuel Rey. De la comarca, solo el municipio de Ferrol está obligado a disponer de este plan, si bien se recomienda a otros concellos de la comarca como los de Fene, Neda, Narón, Valdoviño, Cedeira, Cerdido y Cariño disponer del suyo propio. 

 

El Inungal, un plan de la Xunta para minimizar posibles riesgos de aluviones en Galicia

 

Un día antes de que se produjeran las grandes riadas en Valencia, la Xunta de Galicia publicaba en el DOG el renovado Plan especial de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones en la comunidad gallega, el denominado Inungal, que acaba de integrar nuevos estudios de riesgo, una vez elaborados planes de gestión del peligro existente por parte de los organismos de cada cuenca. Esta es la segunda revisión desde su aprobación en 2021. Una modificación que se ha remitido ya a los diferentes ayuntamientos con el objeto de alcanzar el máximo consenso posible.


Entre las novedades del documento se actualiza el análisis de riesgos integrando los estudios de demarcaciones hidrográficas; se adapta a la nueva norma básica de protección civil y se actualizan datos de las redes de alerta incorporando el denominado Modelo de Evaluación del Riesgo Local de Inundación (Merlin) de Augas de Galicia. Este plan establece cuáles son los ayuntamientos que deben tener un plan de actuación municipal frente estos incidentes. Se ha determinado ahora que deben contar con uno de forma obligatoria 51 de los 62 concellos previstos inicialmente y se ha elevado la recomendación de 29 a 45 municipios.


El plan se estructura en cinco capítulos: fundamentos, análisis de riesgos, estructura y organización, operatividad e implantación y mantenimiento. En este último, se recogen las acciones a desarrollar para que el documento sea operativo y conocido por todos los recursos que deben intervenir en una emergencia. Una vez implantado, el plan pasa a la fase de mantenimiento de la operatividad para garantizar que las actuaciones previstas permanezcan vigentes. Así, la Xunta a través del Inungal establece el marco de coordinación de los servicios de emergencias para disminuir los riesgos y reducir las consecuencias negativas de las inundaciones. El gobierno gallego también apoya a los ayuntamientos para que puedan elaborar o actualizar sus planes a través de la entrega de manuales de respuesta frente inundaciones. 

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