Los propietarios de la ermita de Chamorro denunciaron hoy el robo de buena parte de las joyas que porta la Virgen del Nordés, alojada en la capilla ferrolana. El incidente, según detalló Araceli Arias, una de los tres hermanos que regentan el lugar de culto, tuvo lugar durante la noche del pasado jueves.
Al parecer, el viernes por la mañana el encargado del mantenimiento y cuidado del espacio, al llegar al mismo, se encontró la figura fuera de su pedestal, como “recostada” contra un lateral y con la corona de plata que porta caída. Al darse cuenta de esto, el responsable colocó el cartel en la puerta de cerrado temporalmente y llamó a Arias para informarla de la situación. Tras llegar a la capilla, la propietaria y el encargado situaron de nuevo la figura en su pedestal y, al arreglarle los ropajes, cayeron en la cuenta de que no llevaba las cadenas de oro y los imperdibles donde se colgaban las diferentes ofrendas donadas por los fieles.
Después de buscar por toda la estancia por si las joyas se habían caído al precipitarse la figura, la propietaria y el encargado trataron de averiguar, ante la certeza de había sido un robo, por donde había entrado el ladrón o los ladrones. La cerradura de la entrada principal no había sido forzada y, tras comprobar todas las puertas, descubrieron que uno de los pasadores de una de las puertas de la parte posterior estaba abierto. Ante esta evidencia, Araceli Arias elucubra que el culpable debió esconderse en el interior de la ermita justo antes del cierre, esperando a que el encargado se marchase para poder hacerse con el botín con total tranquilidad, abandonando más tarde la capilla por la mencionada puerta. Eso sí, tal y como señala la propietaria, para no levantar sospechas el culpable se cuidó mucho de dejar lo más cerrada posible la puerta por la que se dio a la fuga con el objetivo de retrasar al máximo el descubrimiento del robo.
De esta forma, tras cerciorarse de que había sido un hurto –el culpable únicamente se llevó las joyas, pero no la tiara de plata de la virgen–, Arias presentó la pertinente denuncia ante la Policía Nacional, que se encuentra investigando el caso.
Asimismo, la propietaria señaló que desconoce el valor de las joyas robadas, dado que se trata de ofrendas a la Virgen y que, por ello, se limitan a colocarlas en las cadenas o imperdibles que adornan sus ropajes. No obstante, la Policía Nacional estima que, en base a las fotografías de referencia de la figura, los elementos robados deben de sumar unos cien gramos de oro. Teniendo en cuenta el precio de este elemento –unos 30 euros por gramo–, el valor de lo sustraído podría ser de unos 3.000 euros. Del mismo modo, los agentes apuntaron que, si se trata de un robo por parte de un particular y no una banda, el botín podría recuperarse.