Lejos de convocatorias minoritarias que apenas suponen representatividad, los vecinos de Recimil han hecho fuerza suficiente para que la asamblea convocada para crear una entidad vecinal haya sido masiva y permita comenzar un trabajo conjunto para potenciar y reivindicar las necesidades del barrio, con un importante parque de viviendas municipal.
María Jesús Silveira es desde esta semana, y a falta de la constitución oficial en los organismos pertinente, la presidenta de la nueva asociación vecinal de Recimil. Encabeza una junta directiva básicamente joven y femenina –ocho mujeres y un hombre–, de la que solo repiten con respecto a la anterior AVV, que fue disuelta y acabó incluso con denuncias por malversación a alguno de sus dirigentes, Montse Perille, que actuará como secretaria de la nueva asociación y que fue miembro de la junta administradora de la entidad que cerró sus puertas, y tesorera de la Asociación de Mujeres El Pilar.
Precisamente desde esta última entidad y de otras del propio barrio existía la inquietud de crear una nueva entidad que hiciese resurgir la actividad y un año después de la constitución de un Consello de Barrio, del que fue promotor Carlos del Río, nace la nueva entidad arropada por una amplia mayoría del barrio.
Programa piloto
La entidad vecinal cuenta ya con un programa piloto de trabajo con una serie de propuestas que van a defender lo que resta de año y de cara a las elecciones municipales de 2019, con el fin de que se tengan en cuenta sus propuestas.
Dedicación, honestidad y trabajo es la carta de presentación de la nueva entidad vecinal, que está dispuesta a dedicar mucho tiempo a un barrio necesitado de ayuda de las administraciones.
Los pilares del programa de trabajo incluyen cuestiones fundamentales como la convivencia, para lo que es imprescindible la regularización de las viviendas o una policía de barrio, señalan los promotores de la entidad, pero también figuran cuestiones como la necesidad de un centro de mayores y un comedor social en el barrio, arreglo de calles como la Valdoviño, podas de árboles –que tapan las ventanas y restan claridad aumentando el consumo eléctrico–, inspecciones técnicas de los edificios u organización de los vendedores del mercadillo, entre otras cuestiones. l