Los vertederos incontrolados continúan siendo una asignatura pendiente en el municipio y tienen en la zona rural la mayor proliferación.
A lo largo de este verano, zonas de la parroquia de Covas y Mougá dejaron ver lamentables espectáculos de todo tipo de enseres y materiales de construcción y hasta restos de distintos animales muertos.
Ya en el anterior mandato, el grupo popular, entonces en la oposición, achacaba al ejecutivo no tomar medidas a este respecto, criticando precisamente que no se les puso coto en los cuatro años precedentes.

El servicio se encuentra prorrogado, ya que, como explican desde el ejecutivo, en el mandato pasado se había licitado el servicio en dos lotes, con el fin de frenar la masiva presencia de vertederos incontrolados. Uno de ellos, relativo a la retirada de amianto, quedó desierto y el otro se adjudicó a Recinor por un año, prorrogable por otro, en 2021. El año pasado se tuvo que hacer otra prórroga por un año, por lo que a finales de este mismo mes termina su última ampliación y el servicio quedará sin contrato en vigor.

Desde el ejecutivo de José Manuel Rey se está trabajando, explican, “para sacar de nuevo este servicio y estudiando su encaje dentro de otros servicios municipales”.

Toneladas

Los datos de la empresa que se encarga de esta retirada de material, que puede abarcar desde muebles a escombros, uralitas –con el riesgo del amianto–, ruedas de vehículos, etc, reflejan que anualmente se retiran cerca de 150 toneladas de residuos, que no van a parar a donde debieran. 
Recinor gestiona el punto limpio de la ciudad, donde se recogen todo tipo de materiales generados por particulares.