La vigesimonovena edición del Festival do Río Castro –impulsado cada año por la Asociación O Castelo de Narahío– dejó un muy buen sabor de boca a los que tuvieron la oportunidad de acercarse a disfrutar de las múltiples actividades programadas para el evento. La cita reúne cada año a infinidad de personas dispuestas a vivir una jornada que aúna música tradicional, juegos y deportes rurales; todo ello en un ambiente lúdico y familiar que se prolonga hasta bien entrada la madrugada.

La “troula” comenzó oficialmente con la sesión vermú, que en esta ocasión corrió a cargo de la agrupación Vai Rañala Meu!, aunque la afluencia de personas fue constante desde por la mañana, con múltiples familias ataviadas con todo lo necesario para disfrutar de una comida campestre al borde del río.

Desde entonces y como viene siendo habitual, las “foliadas” improvisadas se sucedieron en el tiempo a lo largo del campo de la fiesta. El tiempo acompañó y las buenas temperaturas animaron a más de uno a disfrutar de un baño en el río. Otros prefirieron recorrer los puestos de artesanía instalados como cada año en la zona.

Juegos

Así las cosas, por la tarde grandes y pequeños participaron también en los juegos populares. Hubo además competición de deportes rurales –a cargo de la empresa de gestión de ocio Sedega–, tales como el campeonato de serrado con tronzador y el tiro de cuerda. Las artes escénicas tuvieron también protagonismo en el evento de la mano de la naronesa Teatro dos Ghazafelhos, que encandiló a los niños y niñas con su actuación.

Las actuaciones de Tres Pesos, Encrucillada, Os Viqueiras y A Requinta da Lareixa pusieron el colofón a un Festival do Río Castro que se ha convertido ya en una de las citas ineludibles en la comarca. La organización llevó a cabo además un sorteo de una cena valor de 200 euros en la Parrillada María-Queira.