Un equipo de científicos españoles ha demostrado la eficacia y los beneficios de lograr una inmunidad híbrida contra la covid-19 a través de la infección, de manera natural y de la vacuna.
Lo han demostrado científicos de las Unidades de Serología e Inmunopatología del Sida del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III, y los resultados de su trabajo se publican en la revista Journal of Medical Virology.
El estudio analiza la respuesta inmunitaria frente a diferentes variantes del coronavirus -incluyendo la Ómicron- en personas vacunadas contra la covid, y las conclusiones sugieren que un mecanismo de maduración de los anticuerpos neutralizantes -una de las defensas del sistema inmunitario- puede causar el efecto positivo de separar durante cierto tiempo la vacunación tras una infección natural.
Los autores, según ha explicado Francisco Díez Fuertes, destacan el interés de estudiar la llamada inmunidad híbrida, que incluye la respuesta inmunitaria generada frente a la infección natural y la desarrollada por la vacunación.
La combinación de ambas respuestas inmunitarias se ha estudiado en este caso entre 66 médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid).
La mitad de los participantes en el estudio no habían pasado una infección previa en el momento que comenzaron las vacunaciones masivas frente al coronavirus SARS-CoV-2 en España, a principios del año 2021.
La otra mitad sí habían sido diagnosticados de infección mediante una prueba "PCR", con una diferencia relevante: 14 de ellos se infectaron durante los 10 primeros meses de la epidemia en el año 2020, mientras que otros 17 se habían infectado en los tres meses anteriores a haber recibido la primera dosis de la vacuna, entre noviembre del 2020 y enero del 2021.
La investigación confirma el efecto beneficioso de la inmunidad híbrida, que logra incrementar de una forma notable la respuesta inmunitaria neutralizante frente a variantes como Alpha, Beta o Delta, y el incremento es especialmente significativo frente a la variante Ómicron.
Javier García Pérez, autor principal del artículo, ha señalado que uno de los resultados más importantes del estudio ha permitido comprobar el efecto de vacunar más de tres meses después de haberse producido una infección natural.