La segunda sesión del juicio contra el español Daniel Sancho, acusado del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, continúa este martes con la declaración de cuatro testigos más de la Fiscalía y tras la decisión del juez de prohibir que se informe de los detalles de lo que ocurre en la sala.
A la vista en el tribunal provincial de Samui (isla del sur de Tailandia) acudieron hoy el padre del acusado, el actor español Rodolfo Sancho, quien ya asistió a la sesión inaugural el lunes, y su madre, la analista de inversiones Silvia Bronchalo, quien no había podido participar la víspera por hallarse indispuesta.
"Aquí nadie gana, aquí todos han perdido", dijo Bronchalo al ser preguntada si creía que la defensa iba a ganar el caso.
Rodolfo Sancho, que llegó por su cuenta, pidió "respeto" a los medios de comunicación durante su asistencia al proceso.
"Yo os trato con educación y respeto y espero lo mismo de vosotros, así que por favor no me cerréis el paso, dejadme pasar, no me empujéis, no me pongáis zancadillas...", dijo el actor.
Como el lunes, la jornada comenzó con la presencia de numerosos medios de comunicación a las puertas del tribunal, si bien su entrada en la sala permanece prohibida tras la decisión del juez de celebrar el juicio a puerta cerrada, mientras advirtió a los asistentes contra la filtración de información de lo que suceda dentro, so pena de cárcel.
El abogado en España de la familia de Edwin Arrieta, Juan Gonzalo Ospina, afirmó a los medios a las puertas del tribunal y antes de que comenzara la sesión que anticipaba que volviera a ser "larga" y "complicada" como el día anterior, cuando se prolongó desde aproximadamente las 9.30 y las 18.30 (GMT+7), dos horas más de lo previsto, con un receso entre medias.
La rigidez del juez se puso de manifiesto cuando hoy, en un primer momento, prohibió la entrada en la sala de Ospina y su socia Beatriz Uriarte por haber dado ruedas de prensa y facilitado a los periodistas información sobre lo ocurrido en la primera vista.
"El juez nos ha dicho que no se puede hacer ningún tipo de juicio paralelo y que hay que ser muy respetuoso con las normas", explicó el letrado español durante el receso de mediodía.
Ospina anunció además que hoy será el último día que asistan al juicio para que sus compañeros tailandeses que actúan como acusación puedan hacerlo "de manera libre e independiente, con toda la autonomía" .
En línea con el primer día, los testigos de hoy son personas que tuvieron contacto con Sancho en Phangan (isla vecina a Samui donde supuestamente tuvo lugar el crimen el pasado 2 de agosto) antes de la muerte de Arrieta, entre ellas quien le vendió el kayak desde el que se deshizo en el mar de partes del cuerpo del colombiano.
También está previsto que declaren las dependientas del supermercado y la ferretería en las que Sancho compró cuchillos, productos de limpieza y una sierra el día antes del supuesto asesinato, con el fin de la Fiscalía de probar que se trató de un asesinato premeditado.
"La declaración de la vendedora es determinante", consideró Ospina a las puertas del tribunal, y pronosticó que "quizás la lista de testigos termine reduciéndose" al considerar la situación "bastante clara".
El lunes testificaron otros cuatro testigos: la mujer que encontró los primeros restos del cadáver de Arrieta en el vertedero de Phangan, la que le alquiló una motocicleta a su llegada a la isla el 31 de julio, y los empleados de los dos hoteles en los que el español se alojó.
Por su parte, el abogado defensor de Sancho, Aprichat Srinuel, dijo antes de entrar a la sala que los testigos de hoy "siguen siendo circunstanciales".
El letrado aseguró estar "preparado" en un caso que contiene "muchos testigos y pruebas forenses", y dijo no estar preocupado "porque quiero que se revele la verdad".
"Por la parte del acusado, también va a pelear el caso a fondo", afirmó.
La Fiscalía acusa a Sancho del asesinato premeditado de Arrieta y otros dos delitos, el de ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena, por el pasaporte del colombiano, y el español se enfrena a una condena máxima de pena de muerte.
Sancho y Arrieta se habían conocido en 2022 a través de Instagram y se vieron en varias ocasiones en España antes de quedar en la turística Phangan