El secretario comarcal de la CIG, Xesús Anxo López Pintos, ofreció ayer una rueda de prensa con Cristina Martínez, de la Federación de Servizos del sindicato, para denunciar las prácticas laborales de Catering Caranza. La central aseguró que la firma, concesionaria del servicio de restauración en el Club Naval de Oficiales y Suboficiales de la Armada, está utilizando dichas instalaciones para preparar las comidas que sirve a diferentes centros municipales de la comarca, así como a colegios y escuelas infantiles. Este extremo fue negado rotundamente por el responsable de la empresa, Emilio Rodríguez, que reconoció que se había hecho durante unos días y con el permiso de la Armada, pero que actualmente ese trabajo se realiza en unas instalaciones de San Mateo.
La CIG subrayó también que la Armada es conocedora de tal circunstancia, señalaron los sindicalistas, porque ellos mismos lo denunciaron ante sus responsables y consideraron un “compadreo” inadmisible el uso de recursos públicos para un negocio privado. La central trasladó el asunto también ante Sanidade, dado que las cocinas del club militar no cumplirían con los requisitos necesarios para el servicio de catering.
Por otra parte, la CIG denunció que se adeudan entre dos y cuatro mensualidades a los trabajadores. Tres de los once empleados que fueron subrogados en 2012 por la firma, cuando se hizo cargo de la concesión de la Armada, fueron despedidos recientemente. Ya se han celebrado dos juicios y está pendiente el tercero, con el resultado de una sentencia que condena al empresario a indemnizar y otra que lo ha obligado a readmitir. Los tres afectados son afiliados de la CIG y según denunció Cristina Martínez, la empleada readmitida está ahora realizando jornadas semanales de 26 horas con el aviso de que “recuperará” en verano las que le faltan hasta las 40 que tiene en contrato. Emilio Rodríguez reconoció ayer que durante los meses de verano es normal que se requiera un mayor esfuerzo del personal, aunque aseguró que no excederá las 40 horas semanales. n