un proyecto busca repoblar los manglares del delta del Irrawaddy mediante la utilización de drones, por su rapidez y fácil acceso a las áreas del suroeste de Birmania donde hace diez años el ciclón Nargis causó un desastre ecológico. Un vehículo aéreo no tripulado, diseñado especialmente para la tarea, lanza desde unos dos metros de altura bolas rellenas con semillas y nutrientes sobre la actualmente tierra arcillosa de la desembocadura del río que vertebra geográficamente el país.
En un sola hora de vuelo, el aparato puede plantar más de 2.000 manglares en un área de media hectárea –un ritmo de trabajo que le tomaría a una persona sobre el terreno más de un día en igualar– y un solo piloto puede ocuparse de hasta de seis drones a la vez. El proyecto nació en 2012 durante la colaboración entre la Fundación Worldview International (WIF, en inglés) y las universidades Pathein y Myeik.
Tras tres años de estudio sobre las condiciones de crecimiento de los manglares en el delta y analizar la variedad de planta más idónea, se centraron en buscar una manera de proteger las semillas de los cangrejos. El pasado febrero, los miembros de WIF cartografiaron la zona donde el Irrawaddy desemboca al golfo de Bengala, en el sur la división de Ayeyarwady y a unos 150 kilómetros al suroeste de Rangún, antigua capital y ciudad más poblada del país.
Los planos e información sobre el terreno obtenidos en dichas pruebas permitieron crear programas de trabajo para los drones de manera más efectiva. “Las primeras pruebas no han salido tan bien como lo esperado. Solo unas pocas plantas han brotado. Vamos a revisar si existe algún problema con el terreno o los fertilizantes y volveremos a realizar un test en agosto”, declara a Efe Arne Fjortoft, fundador de WIF. El objetivo inicial es llegar a plantar más de dos millones de manglares en la región, que, según el Gobierno, sería declarada Parque Nacional para aumentar su protección. l