El abogado y diputado en Cortes, Ángel García Valerio, nació el año 1850 en el pazo de Serantellos, perteneciente al entonces municipio de Serantes. Desde tiempos antiguos diversos linajes, entre ellos los Valerios, tuvieron su asiento en Serantes y ejercieron su jurisdicción en el término, unas veces enlazados entre ellos y otras unidos a linajes foráneos, desde que en el siglo XIV el rey Alfonso XI concedió a la familia de los Andrade un amplio territorio, en un principio perteneciente a los monjes cistercienses de Sobrado, que abarcaba hasta Covas y el Prioiro.
El conocido como pazo de Serantellos, en su día también llamado Casa de los Valerios, se encuentra en la carretera de Ferrol a Cobas, situado poco antes de la desviación que lleva a la ermita de Chamorro. De antiguo origen y con amplias reformas llevadas a cabo el siglo XVIII, la casona dispone en su fachada de una curiosa piedra heráldica, donde aparece una torre almenada, un cuadrúpedo y un ciprés, una curiosa pieza que carece de remate y adornos externos.
Los tratadistas relacionan esta casa con los linajes de los Andrade, Piñeyro, Pita da Veiga, Rodríguez del Monte y particularmente con los Valerio, cuyos descendientes son hoy los que habitan la vivienda. Según el estudioso de la heráldica de Ferrol y comarca, Carlos de Aracil, de acuerdo a informaciones de nobleza llevadas a cabo en Ferrol, el año 1761 consta como dueño y señor del Coto de Serantellos, Agustín Valerio Piñeyro y Andrade, casado con Rosa Freire de Andrade, antepasado de Ángel García Valerio. La familia Valerio tenía un estrecho vínculo con la parroquia de Covas, siendo propietarios de amplios terrenos en la zona del Prioiro como administradores de los Andrade.
Residente en el pazo de Serantellos, Ángel García Valerio estudió en Santiago la carrera de Derecho, teniendo desde principios del siglo XX un activo protagonismo dentro de la prensa ferrolana de la época. Según Guillermo Llorca, entre los años 1908 y 1913 fue el propietario del periódico “El Correo Gallego”, por la compra a Mariano de Albizanda, hijo de su fundador, pasando luego su propiedad a Rafael Barcón. El año 1914 fundó otro periódico en la ciudad, “El Faro de Ferrol”. García Valerio fue también uno de los primeros accionistas del periódico coruñés “La Voz de Galicia”.
En el terreno de la política García Valerio militó en el partido Liberal Demócrata, dentro de la fracción de Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas. Fue elegido diputado provincial por el distrito de Ferrol- Ortigueira y posteriormente nombrado Vicepresidente de la Diputación de A Coruña entre los años 1907 y 1913, formando parte de la Comisión de Administración. El año 1908 fue nombrado Diputado en Cortes por el distrito de Ferrol, cargo que ejerció hasta el año 1923, distinguiéndose por sus esfuerzos para conseguir la construcción del trayecto del ferrocarril de Ferrol a Betanzos.
Fue muy comentado en su tiempo un artículo publicado en junio del año 1918 por Wenceslao Fernández Flórez en el diario ABC. El escritor coruñés el año 1907 dirigía en Ferrol el periódico “Diario Ferrolano”, dentro de una línea conservadora que era enemiga de la orientación liberal de “El Correo Gallego”, propiedad de García Valerio.
El artículo, publicado en la sección “Acotaciones de un oyente” del diario madrileño, se titulaba “La piedad de un diputado” y en el mismo, Fernández Flórez, desde su punto de vista notoriamente conservador, escribe acerca del silencio y sobre la que consideraba una poco loable actuación del ferrolano García Valerio en las Cortes de Madrid, criticando de manera irónica su escaso trabajo parlamentario.
Ángel García Valerio falleció soltero en Ferrol el 24 de julio de 1935. En Ferrol estudió su vida y obra el historiador Guillermo Llorca. La revista Columba, editada en Cobas, lugar donde su familia tuvo una fuerte presencia, informa en la pluma del escritor Tino Santiago sobre varios aspectos relativos a la vida del político nacido en Serantes.
Durante algún tiempo García Valerio fue Cofrade Mayor del Santuario de la Virgen de Chamorro, al que la familia Valerio estuvo de siempre muy vinculada. El sacerdote Crespo del Pozo en su obra “Blasones y Linajes de Galicia” escribe lo siguiente del apellido Valerio: “Hay casas de este linaje en Ferrol y alrededores. La capilla de la Virgen de Chamorro fue fundada en unos terrenos que eran propiedad de la familia de los Valerios, quienes tienen asiento privilegiado al lado del Evangelio, desde los comienzos del culto en la capilla”.
Recientemente, diversos historiadores religiosos como Santos San Cristóbal, fundador del Museo Catedralicio de Mondoñedo, y Cardeso Liñares informan en su obra de las vicisitudes históricas sufridas por el Santuario de Chamorro, tratando de forma crítica el discutible patronazgo sobre el mismo ejercido por la Casa de Valerio, dueña del Coto de Serantellos, reputada como dueña del terreno donde se levantó la capilla.
En principio las relaciones existentes entre los representantes de la Iglesia, la Hermandad de Cofrades y la familia Valerio, que ejercía el patronazgo de la capilla, discurrieron de una manera más o menos equilibrada. Mediado el siglo XIX comenzaron los roces y disensiones entre la familia Valerio, dueña del Coto de Serantellos, y las autoridades eclesiales, creciendo el desencuentro según terminaba el siglo XIX, coincidiendo con Ángel García Valerio ejerciendo el cargo de Cofrade Mayor.
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