Cuando hablamos de la guitarra clásica enseguida la asociamos con la tradición de Al-Ándalus y el llameante flamenco, vasto mundo de “cantes”, “toques” y bailes que muestran una personalidad musical inconfundible y que el Nacionalismo incorpora como fuente de inspiración entre los grandes autores de nuestra Generación de Plata. No solemos por tanto relacionar el intenso mundo de la guitarra con la tradición de la música gallega donde pesan más otros instrumentos que nos representan; en este sentido, resulta sumamente esclarecedora la tesis doctoral de Isabel Rei Samartim presentada esta semana en la Real Academia Galega de Belas Artes e ilustrada con interpretaciones de partituras rescatadas en fondos y archivos. Obras anónimas o de autor como Avelina y Marcial Valladares, de los que escuchamos Alvorada, Soidade, Valsa e Rigodöes, Ramón Gutiérrez Parada, con su Prelúdio nº 5 o Minha Lira del ferrolano Juan Parga Bahamonde, el guitarrista más universal del S. XIX. A través de este profundo estudio fuimos descubriendo la amplia tradición guitarrística en Galicia desde la Baja Edad Media ; la constatación de una práctica común en los ambientes familiares, los lugares de aprendizaje, incluidas las barberías, verdaderos centros de difusión; la presencia activa de mujeres en estos ambientes musicales como intérpretes, como luthiers junto a “os violeiros”, dirigiendo formaciones o creando su propia música, tal es el caso de Avelina Valladares o la propia Rosalía de Castro, que tocaba la cista (guitarra inglesa o portuguesa) como otros intérpretes intelectuales de la talla de Xosé Castro Chané o Castelao. Interesantísimas conclusiones de nuestra historia guitarrística y de su práctica extendida especialmente en Ferrol donde se vive a fecha actual popular e intensamente esta tradición secular. Un estudio imprescindible.