Los anuncios de la Xunta de mejora de conexión entre Ferrol y A Coruña por autobús para dar cumplimiento a demandas de funcionarios y estudiantes que a diario se desplazan a la ciudad herculina y que entraron en vigor hace un par de semanas no parecen entenderse como mejoras por parte de los usuarios. Ni de los funcionarios que se desplazan a diario a trabajar a A Coruña ni de los usuarios que también se desplazan de forma particular a primera hora y que han visto como desaparece el servicio de las 7.30 para prestarse uno único a las 6.45, en el que se juntan todas las demandas y que, además, no realiza las paradas en la ciudad que sí tenían con las líneas de Arriva para los funcionarios.
Si esta semana las personas que hacían uso del bus de las 7.30 denunciaban su eliminación señalando que por favorecer a un sector –los funcionarios– se perjudicaba a otros, ayer salía al paso el colectivo de
trabajadores que reclamaba la reposición de las líneas que se perdieron con la nueva concesionaria, es decir, a las siete de la mañana con paradas en los distintos puntos de trabajo.
Estos señalan que estas adaptaciones de la Xunta y Monbus no suponen ninguna mejora para su colectivo. Explican que su línea, que comenzó hace más de 20 años aparte de las rutas habituales, funcionaba de manera independiente y, por lo tanto, no perjudicaba a los otros usuarios.
Ahora, sin embargo, se ven perjudicadas las dos partes con un servicio menos –a las 7.30– y una acumulación de pasajeros en el anterior –que se ha adelantado cuando los usuarios estaban de acuerdo con el existente de las 7.00 horas–.
Las paradas en el centro de la ciudad también se han limitado, obligando ahora a transbordos de buses o a coger taxis para el desplazamiento a los lugares de trabajo. Esta cuestión, que se achaca al Concello de A Coruña por parte de la Xunta, será tratada en una próxima reunión del colectivo de funcionarios con el Concello coruñés, que ya les ha confirmado una próxima audiencia.
Con el nuevo servicio comparten bus funcionarios, estudiantes y usuarios habituales y se ocupan todas las plazas del bus, cuando todavía hay personas teletrabajando que posteriormente se sumarán a los pasajeros del día.
Usuarios particulares también se han hecho eco de la escasez de espacio con la reducción de buses, cuando, en tiempos de pandemia, deberían ir más holgados en lugar de tener que ocupar todos los asientos por la situación de la Covid-19, y de la sustitución de servicios directos –como el bus de regreso a las 15.30– por itinerarios mucho más largos por carretera. Los pasajeros coinciden en que se están empeorando las comunicaciones en lugar de fomentar el uso del autobús.