El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la Ley de la eutanasia con amplia mayoría y la oposición de PP y Vox, una norma que permitirá que las personas con "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" puedan solicitar ayuda médica para morir.
Con 202 votos a favor, 141 en contra y 2 abstenciones, la Ley de eutanasia ha salido finalmente adelante y entrará en vigor dentro de tres meses, plazo con el que cuentan las comunidades autónomas para poner en marcha en cada una de las regiones una Comisión de Garantía y Evaluación, órgano encargado de supervisar cada caso.
Amplio apoyo
La propuesta de regulación de la eutanasia impulsada por el PSOE recoge el testigo de las personas que llevan años "clamando" por la regulación de este nuevo derecho, según ha defendido la diputada María Luisa Carcedo, ponente de la ley. La diputada socialista ha dedicado su intervención a todos aquellos que han luchado por conseguir que en España se aprobara esta ley, a los que prestaron sus manos, como Ángel a María José, para una muerte digna.
No ha querido olvidarse del doctor Luis Montes, para el que ha tenido un recuerdo especial como "símbolo de muchos profesionales que perseveran a pesar de las crueles persecuciones" a las que son sometidos, y de las asociaciones de defensa del derecho a morir dignamente por su "amparo ante la desesperación de muchas personas". "A todos ellos, gracias. Gracias a todos los que llevaron hasta aquí esta ley", ha concluido Carcedo, que ha sido recibida en su escaño con una larga ovación de sus compañeros de grupo.
La ley ha salido adelante con la oposición de PP y Vox, que han defendido sendos vetos a lo largo de su tramitación parlamentaria y han advertido de su inconstitucionalidad y de la "irresponsabilidad" de aprobar esta norma sin desarrollar antes unos buenos cuidados paliativos.
Desde el PP creen que esta ley señala a ciertos colectivos y les presiona para solicitar la eutanasia. "Los más frágiles de la sociedad tienen motivos para el desasosiego y el miedo", ha subrayado el diputado José Ignacio Echániz durante su intervención en el hemiciclo.
Lo mismo opina Vox, que ha anunciado que recurrirá la ley ante el Tribunal Constitucional (TC). "Más pronto que tarde les ganaremos y construiremos todo lo que han destruido y les daremos esperanza a quienes la hayan perdido", ha asegurado la diputada Lourdes Méndez.
Satisfacción en las familias
Mientras, en la calle, familiares de enfermos que lucharon en vida por una ley de eutanasia han celebrado lo que consideran una ley histórica que permitirá evitar el sufrimiento que sus seres queridos padecieron.
Frente al Congreso de los Diputados se han reunido familiares de Luis de Marcos, enfermo de esclerosis múltiple que falleció en 2017; Maribel Tellaetxe, que murió en 2019 con alzhéimer avanzado, y de María José Carrasco, enferma terminal también con esclerosis múltiple y que se quitó la vida con la ayuda de su marido, Ángel Hernández.
"La semilla ya estaba echada. El último impulso puede que lo diéramos María José y yo, pero hay que agradecérselo a Ramón Sampedro, a Luis de Marcos, a Maribel Tellaetxe: son ellos los verdaderos protagonistas", ha señalado Ángel.
Junto a él estaban el marido y los hijos de Maribel, que falleció en marzo de 2019 con alzhéimer avanzado después de hacer prometer a su familia que respetarían su voluntad de no vivir si la enfermedad le hacía perder la cabeza. "Hoy estaría orgullosa, feliz de la camada que ha dejado, del legado. Mi 'ama' siempre fue una luchadora nata, una defensora de lo que consideraba justo, tanto para ella como para los demás", ha asegurado su hijo Danel.
Asun Gómez, emocionada, recordaba también la lucha de su marido, Luis de Marcos, cuando hace cuatro años, ante dolores insufribles, le dijo que no podía más. Este jueves tenía claro cuáles serían sus palabras: "Te dije que lo conseguiríamos".
¿Qué supone esta ley?
La prestación para la ayuda a morir formará parte de la cartera básica del Sistema Nacional de Salud (SNS) y podrán solicitarla las personas mayores de edad que sufran "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" que afecte a la autonomía y que genere un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable".
En el caso de que el paciente no se encuentre en pleno uso de sus facultades ni pueda prestar su conformidad libre, voluntaria y consciente, debe haber suscrito con anterioridad un documento de instrucciones previas, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes legalmente reconocidos.
El paciente podrá recibir la eutanasia unas cinco semanas después de solicitarla, tras ser informado de las distintas alternativas y de los cuidados paliativos disponibles y después de confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo de todo el proceso.
La ayuda para morir podrá realizarse tanto en centros sanitarios, públicos, privados o concertados, como en el domicilio del enfermo, y la ley contempla la objeción de conciencia para los profesionales sanitarios que participen en el proceso.
Séptimo país que reconoce este derecho
Con la aprobación de esta ley, España se convierte en el séptimo país del mundo en el que esta práctica es legal, después de Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda, donde ya se ha aprobado, pero entrará en vigor en noviembre; y Colombia (en este último país por decisión del Tribunal Constitucional, pero sin que el Parlamento haya aprobado una ley que la regule).
En el estado australiano de Victoria, la ley de muerte asistida prevé que, si el paciente está impedido, pueda administrarle la droga un médico.
El suicidio asistido, en el que es el propio paciente en el que se toma la droga letal suministrada por un facultativo, es legal en Suiza y varios estados de EE. UU. En Portugal, el Parlamento aprobó una ley de eutanasia este pasado mes de enero, pero ha sido rechazada por el Tribunal Constitucional.