El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, consideró que el vaciado de los embalses de la cuenca Miño-Sil, dependiente del Gobierno central, entra dentro de un “supuesto de acto delictivo” si se les aplicase la normativa gallega, que obliga a tener autorización para reducciones superiores al 20 % del total.
En la rueda de prensa tras el Consello de la Xunta, lamentó que, sin embargo, según la Confederación Hidrográfica Miño-Sil los vaciados de las presas de esta demarcación “cumplieron con la normativa estatal”, por lo que no sabe en qué puede quedar la responsabilidad que se pueda exigir al respecto.
“Nosotros tenemos una legislación muy clara, no se pueden hacer vaciados con bajadas superiores al 20% sin autorización expresa del Gobierno gallego, si esta legislación estuviese en el Gobierno central estaríamos claramente ante un supuesto de un acto delictivo”, aseguró.
Núñez Feijóo remarcó el “nivel de indignación” del Gobierno autonómico ante lo que le parece una “falta de respecto absoluto” por parte del Ejecutivo central, de la Confederación y de las empresas hidroeléctricas y ha advertido de que seguirán insistiendo en pedir explicaciones porque es un asunto “especialmente grave”.
Según destacó, los embalses de la demarcación Galicia-Costa, dependientes de la Xunta, se encuentran al 66 % de capacidad, aproximadamente el mismo que tenían los de la Miño-Sil antes de los vaciados, que han generado una situación de caudal que es “un disparate ecológico, medioambiental y climático”.
Ademas, alertó de que puede tener “consecuencias” posteriores, si hay falta de lluvias en el otoño. Por eso, reprochó que “lamentablemente” la competencia sobre la Confederación Miño-Sil ha sido “denegada de forma constante” por el Gobierno central por lo que la Xunta no fue “ni siquiera informada” de que se iban a aceptar estos vaciados ni tampoco, por parte de las compañías eléctricas, de que se iban a realizar.
Sin respuesta
En ese sentido, Feijóo puso el acento en que la Xunta “lleva semanas pidiendo explicaciones” pero que solo ha recibido “silencio” por parte del Gobierno. “Y por encima la Confederación Hidrográfica dice que actuó conforme a la ley. Es una falta de respeto a la población gallega y al patrimonio medioambiental”, apostilló.
Así, el presidente ha asegurado que la Xunta “no fue informada” por parte de la CH Miño-Sil de que “aceptaba” los vaciados de los embalses, algo que las empresas responsables “no comunicaron” a la Administración gallega “por no ser la autoridad competente”.
Así, Feijoo reiteró lo sorprendente, a su juicio, de la situación. “Es un disparate climático y ecológico; y veremos cuáles son las consecuencias”, aseveró Feijóo, que advirtió de la posibilidad de que el se produzcan problemas con las bacterias en “determinados tramos” de ríos como efecto de la bajada de nivel de los embalses.
Por último, el presidente de la Xunta contrapuso la situación de los embalses de la cuenca Galicia Costa, de competencia autonómica y que están al 66%, con los de la Miño-Sil, que se sitúan por debajo de la mitad de su capacidad.
Con todo, el dirigente gallo espera una respuesta o actuación del gobierno central para tratar de resolver esta situación, algo que, teniendo en cuenta las palabras del presidente de la Xunta de Galcia, todavía no se ha producido pese al reclamo de la Xunta.