As Pontes lidera un proyecto singular para la conservación de la lagartija serrana o cantábrica (Iberolacerta monticola) en el Parque Natural das Fragas do Eume. Se trata de un endemismo noroccidental ibérico que se encuentra en las sierras de la Cordillera Cantábrica, Galicia y la Serra da Estrela (Portugal) y que está incluida en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas, considerada como vulnerable. Para sacarlo adelante, el Consistorio ha logrado una subvención de la Consellerería de Medio Ambiente e Cambio Climático de la Xunta –dirigida a actuaciones en los parques naturales de Galicia y cofinanciada por los fondos europeos Feader– por valor de 29.100 euros para las anualidades de 2024 y 2025.
“Al principio causó un poco de expectación cuando la gente se enteró”, comenta la concejala responsable del área, Elena López, “pero la verdad es que recibimos la enhorabuena personal del técnico de Medio Ambiente de Parques Naturales de la Xunta, porque es la primera vez que se encarga un estudio de este tipo con estas subvenciones”.
El proyecto –encargado a dos firmas distintas, Erebia y 3edata– no solamente supone conocer la ubicación de la población de lagartijas en el parque. “Va mucho más allá. En principio tendrá continuidad y la idea es orientarlo, en un futuro, a la importancia de restaurar los elementos etnográficos de la zona, fundamentales para facilitar su supervivencia”, explica la edila, añadiendo que se trata de “un aliciente más para la gente que se desplaza a las Fragas do Eume a hacer rutas. Es un valor añadido”.
En este sentido, el ejecutivo pontés colocará cuatro paneles –en zonas como San Pedro de Eume, A Faeira o las proximidades del embalse– en los que se explican las características de esta lagartija, con fotografías e información para identificarlas. La iniciativa incluye, asimismo, una serie de charlas y rutas interpretativas que se han demorado debido a la meteorología.
“El pasado jueves, aprovechando el buen tiempo, hicimos un recorrido con la Asociación de Discapacitados Activos A Xanela y fue muy bien. La gente está muy participativa, porque aunque los que vivimos en el rural estamos acostumbrados a ver las lagartijas por ahí, es fundamental entender la importancia que tienen y por qué está descendiendo su población”, asevera Elena López, que añade que esta labor de concienciación ambiental, que se inicia con este estudio, continuará con más actividades relacionadas y, posiblemente, actuaciones destinadas a la conservación de los elementos etnográficos.
Desde Erebia, el consultor ambiental Gustavo Martínez comenta que el trabajo de campo para determinar la presencia de la lagartija fue “complicado”. Apunta que este reptil es un endemismo del noroeste ibérico de alta montaña, “una joya herpetológica ya de por sí”. Además, en esta zona de la comarca do Eume sobrevive, explica el experto, en cotas de baja altitud. “Normalmente viven a 1.000 o 1.200 metros y las encontramos casi a nivel del mar. En el caso de As Pontes, a unos 200 o 300 metros”.
Se trata, incide, de un “relicto climático”. En este sentido, explica que, en desde la época del glaciarismo, estas poblaciones de lagartijas se fueron acantonando en aquellos lugares en los que podían vivir”. Remarca, además, que es una especie “rara, porque es de zonas frescas y, pese a que necesita termorregular, no le gusta demasiado el calor”.
Este reptil, un “relicto climático”, vive normalmente en lugares cuya altitud supera los 1.000 metros
Martínez incide en que “si se van calentando las zonas, va desapareciendo” y explica que las poblaciones presentes en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas y catalogadas como vulnerables son muy aisladas, todas ellas de baja altitud. “Van desde Ferrolterra hacia el suroeste: Fragas do Eume, río Lambre, río Castro-Xubia, el monasterio de Sobrado dos Monxes y el Monte Pindo”.
Sobre la presencia de esta lagartija en las Fragas, incide en que “es la representación del bosque atlántico mejor conservado de Europa, que mantiene un clima muy bueno para ella. Todo esto, teniendo en cuenta que sobrevive por los pelos en condiciones subóptimas, límite”.
Conocer el estado en el que se encuentran actualmente las poblaciones de la lagartija serrana puede ser un buen indicador de los efectos provocados por el cambio climático.
“Las temperaturas actuales no son las mismas que hace 20 años y estos animales sufren mucho. También otros como el lagarto verdinegro del sistema central, que desapareció de muchas zonas porque se quedó sin cota para subir a medida que la sierra se iba calentando”, explica Martínez.
El experto remarca que el Concello de As Pontes ha apostado fuertemente por este proyecto, recordando que el 80 o 90% de los estudios que se suelen sufragar en este tipo de subvenciones son para la recuperación de elementos etnográficos. “Siete de cada diez son de restauración de muros. Este del Ayuntamiento pontés riza el rizo, porque, además del estudio de la lagartija, se da la circunstancia de que este animal vive asociado a los elementos etnográficos de valor patrimonial e histórico-artístico. Vive en iglesias, capillas, casas viejas y muros tradicionales. Es, desde luego, un proyecto muy novedoso pero que supuso críticas en un principio”.
Ante estos comentarios negativos que surgieron al inicio del estudio –relacionados, en su mayoría, con la inversión económica destinada a la iniciativa–, Gustavo Martínez lanza al aire una cuestión: ¿cuánto vale una lagartija?. “Pues tiene un valor, porque es única. Tiene una importancia ecológica muy grande y con todo aquello vinculado a la biogeografía de las especies”.
Esta primera parte del proyecto concluirá el próximo mes de mayo. “Ojalá podamos seguir estudiando, porque la lagartija sigue ahí, conviviendo en aldeas, con gente”, comentan desde Erebia, que resalta la buena acogida que han tenido entre los vecinos y vecinas las rutas interpretativas. “La gente está muy entusiasmada con el animal. Siempre me dediqué a la educación ambiental, sobre todo con aves porque es lo más llamativo. Pero me di cuenta de que la lagartija, si tienes la suerte de estar en un sitio adecuado y con buenas condiciones meteorológicas, hace disfrutar a la gente. Es como ver un documental en directo”.
Tanto desde el Concello como desde Erebia remarcan la importancia de concienciar a la población a la hora de realizar cualquier actuación, teniendo en cuenta la presencia de esta y otras especies. “Estos elementos, como por ejemplo una iglesia, muchas veces se receban con cemento en las restauraciones, eliminando los huecos entre las piedras. Hay formas de que las lagartijas puedan convivir y tener un muro bonito y bien cuidado”, apunta Gustavo Martínez.
Habita siempre en zonas rocosas, utilizando como cobijo en la comarca grietas de antiguos muros
Por su parte, la concejala señala también relevancia de no emplear herbicidas y de acometer intervenciones de restauración que sean respetuosas con el medio. “Se pueden desbrozar los muros, por ejemplo, pero no se debe utilizar este tipo de productos porque, si baja la población de los anfibios, podrían aparecer otras plagas. Todo está vinculado. Es una labor de educación ambiental que esperamos poder continuar”, asevera la edila.
Descripción | Aspecto robusto, cuerpo ancho y cabeza, extremidades y cola bien desarrolladas. Puede llegar a medir entre 150 y 160 milímetros y pesar unos 10 gramos. Consta generalmente de una serie de manchas negras a lo largo de la línea vertebral, sobre una banda dorsal de color castaña, ocre o grisácea. En los machos, dicha banda tiene color verde esmeralda, con abundantes pecas negras. |
Reproducción | Las poblaciones costeras tienen el periodo de celo a comienzos de la primavera –las de interior algo más tarde–. Su apareamiento es idéntico al de otras lagartijas: el macho sujeta a la hembra con una mordedura en la zona ventral, que deja huellas visibles y duraderas. Ponen sus huevos en verano, unos cuatro o cinco colocados bajo piedras, en pequeñas galerías. |
Alimentación | Fundamentalmente, insectos –escarabajos, hormigas, mariposas o larvas, entre otros– y arañas. Los capturan bajo las grietas de las rocas, entre las piedras y la vegetación. |
Hábitat | Utiliza siempre rocas como lugar preferente, aunque las poblaciones costeras emplean más medios, desde acantilados marinos hasta muros de casas. |
Distribución | Se trata de un endemismo ibérico con poblaciones discontinuas y muy aisladas. Las costeras tienen un enorme interés biogeográfico y están circunscritas a hábitats concretos y muy amenazados, tales como la franja litoral –desaparecen en la provincia de Pontevedra– y los escasos bosques caducifolios. En Ourense solo se encuentra a más de 1.400 metros de altitud. |