Javier Manjarín tuvo que ejercer como entrenador del Racing por la expulsión de Cristóbal Parralo. Sin embargo, el asturiano no pudo estrenarse con una victoria ante el Rayo Vallecano debido a la gran eficacia que exhibió el cuadro visitante.

“La verdad es que el equipo entró bien al partido. Fuimos capaces de jugar bien, llegando a la portería del Rayo. Si es verdad que nos faltó concretar jugadas para poder hacerles daño y poder finalizar. Cuando mejor estábamos recibimos ese primer gol y fue un golpe muy duro porque ellos no habían hecho prácticamente nada”, se lamentó amargamente.

Con todo, su equipo no se amilanó y buscó el empate hasta que el Rayo se topó con el 0-2 cuando apenas había generado peligro.

“Tras el gol, el equipo siguió tirando e intentando hacer cosas. Recibimos ese 0-2 con el segundo tiro del Rayo por lo que te vas al descanso con una desventaja que duele porque el equipo había estado bien”, dijo.
En el vestuario confiaban en darle la vuelta al marcador y salieron a por todas. De hecho, pudieron recortar distancias, pero el larguero apareció para amargarles la tarde.

“Tras el descanso, tuvimos una opción con el larguero de Castro que si hubiese entrado les hubiésemos metido más presión, pero no entró y poco después llegó el 0-3. Con él si que bajamos un poco los brazos, pero conseguimos levantarnos una vez más y marcar para limitar el golpe de la derrota”, arguyó Manjarín.
No obstante, el asturiano se queda con las cosas positivas del encuentro y espera que contra el Cartagena cambie todo.

“Lo importante es que el equipo luchó hasta el final, a pesar de que todo lo malo que nos podía pasar, nos pasó. En algún momento esta dinámica negativa tiene que cambiar. Nosotros como cuerpo técnico vamos a luchar para que pase lo antes posible”, finalizó.