Diez años sin saber qué pasó con Elisa Abruñedo, quién la agredió y mató a solo unos metros de su casa en la zona de Lavandeira, en Cabanas. La posibilidad de que el caso se esclarezca, tras la detención hoy del primer sospechoso, hace pensar que el final de esta pesadilla pueda estar cerca.
A media mañana de hoy la Guardia Civil informaba de la detención de un varón de 49 años trabajador de una auxiliar de Navantia como presunto autor del asesinato, un hecho que ha mantenido en jaque por varios lustros a los agentes de la Guardia Civil que se encargaron de la investigación.
El detenido pasó la noche en las dependecias de la Guardia Civil en Lonzas (A Coruña) y está previsto que sea puesto a disposición judicial mañana a primera hora.
El domicilio de este hombre, situado en el número 16 de la Calle Vigo, cerca de la Plaza da Gándara, fue registrado por los agentes durante la tarde. Posteriormente trasladaron al detenido, que responde a las iniciales S.R.V., al cuartel de Lonzas en A Coruña, desde donde se prevé que pase a disposición judicial.
Muchos son los que lloraron la trágica y brutal muerte de esta vecina de Cabanas y pidieron a las autoridades en numerosas movilizaciones que no se dejara de esclarecer lo sucedido. Y es que la familia vivió con desesperación la falta de avances en la investigación y hoy mismo no daban crédito a lo que informaban los medios sobre la detención del primer sospechoso, cuando han transcurrido más de diez años desde el crimen.
La sobrina de la Elisa Abruñedo, la hija de José Raúl Fernández, quien ejerciera de portavoz de la familia cuando acontecieron los hechos –tristemente fallecido hace cuatro años–, confirmaba hoy a este periódico que hasta la fecha ni los dos hijos de la víctima, que todavía residen en Cabanas, ni el resto de la familia, han tenido ningún tipo de noticia al respecto de la investigación y que las novedades acontecidas hoy les llegaron como al resto, a través de los medios de comunicación. Asimismo, afirmaba que todos “estamos impactados con la noticia”, una detención que acogieron con la máxima cautela, “por ahora estamos ante el presunto autor de los hechos, confiemos en que todo se esclarezca muy pronto”, expresó.
El de Abruñedo es uno de esos crímenes que conmocionó a la población en general, ya sea por la brutal forma en que murió, como por la localización de su cuerpo en una zona arbolada a solo 500 metros de la casa familiar.
La mujer, de 46 años, no volvió de uno de sus habituales paseos en la tarde del domingo 1 de septiembre de 2013. Su familia dio la voz de alarma muy pronto, pues no era habitual que se ausentara tanto tiempo de casa, temiéndose lo peor. Su cuerpo apareció en la medianoche del lunes, unas pocas horas después, muy cerca de su vivienda y con signos evidentes de violencia. Después se comprobó que además de haber sido acuchillada, había sido violada. Una muerte terrible, a solo unos metros de los suyos que generó gran conmoción en la comarca y en Galicia entera. Desde entonces nada más se supo, se especuló mucho, pero ni se practicaron detenciones ni se señalaron sospechosos. Hasta ahora.
Falta ver si la detención de hoy , tras diez años de espera, servirá por fin para poner entre rejas a su asesino.
Elisa Abruñedo fue hallada sin vida y con signos de violencia el 3 de septiembre de 2013. Había salido a pasear por las inmediaciones de su casa en Lavandeira, como solía hacer con frecuencia. Nunca regresó. Tenía 46 años, estaba casada y dejaba dos hijos. Junto a su cuerpo, descubierto dos días después cerca de su domicilio, se hallaron restos de ADN que han sido definitivos para la identificación del sospechoso, eso junto con la colaboración ciudadana.
En aquel septiembre de 2013, familiares de Elisa habían denunciado que parte del equipo policial que investigaba el crimen de Cabanas se había trasladado a Compostela para tomar parte en la investigación del crimen de Asunta Basterra, cometido veinte días después de la desaparición de Elisa Abruñedo. Asociaciones como la de Mulleres Rurales de Lavandeira convocaron concentraciones para condenar el asesinato, recordar a la víctima y pedir justicia.
En agosto de 2022, agentes especializados de la Guardia Civil llevaban a cabo nuevas actuaciones relacionadas con el caso. Agentes de A Coruña y componentes del Grupo de Homicidios de la Unidad Central de Operativa (UCO) de Madrid se habían trasladado a Cabanas para rastrear de nuevo la zona de Lanvandeira, donde apareció el cuerpo.
Tras el cribado de ADN que se había llevado a cabo en el último año, la Guardia Civil confirmaba que se habían producido algunos avances en la investigación gracias al uso de nuevas tecnologías para tratar de esclarecer el caso. Entonces había trascendido que ya en 2021 empezaron a hacer cribados para intentar identificar al responsable de su asesinato y violación.